
En 1942 Ángel Martínez
compra la bodega La Complaciente en la calle Empedrado de La Habana Vieja. Se
convertiría en Casa Martínez donde se vendían productos típicos y se daban
algunas comidas y la gente acudía con sus amigos. Ese local sería el embrión de
la actual Bodeguita.
Al poco tiempo de que la bodega se convirtiera en Bodeguita empezaron a acudir personajes relevantes como Gabriela Mistral, Agustín Lara, Pablo Neruda, Ernest Hemingway, Nicolás Guillén, Carlos Mastronardi... Después Félix Ayón el director de una editora habanera que va a vivir al lado de Casa Martínez, empieza a realizar comidas con sus clientes y amigos.
Las comidas tienen éxito, era la típica comida criolla, y en 1948 el establecimiento da paso a la actual Bodeguita del Medio. Debido a la ubicación de las sedes ministeriales en La Habana Vieja hacía que hubiera demanda de establecimientos de comidas y aunque la Casa Martínez normalmente no las servía acabó por hacerlo. En 1949 entra como cocinera Silvia Torres, "la china", que convertiría su arte de cocinar en un negocio de éxito y el 26 de abril de 1950 se inaugura oficialmente la Bodeguita del Medio.
Al poco tiempo de que la bodega se convirtiera en Bodeguita empezaron a acudir personajes relevantes como Gabriela Mistral, Agustín Lara, Pablo Neruda, Ernest Hemingway, Nicolás Guillén, Carlos Mastronardi... Después Félix Ayón el director de una editora habanera que va a vivir al lado de Casa Martínez, empieza a realizar comidas con sus clientes y amigos.
Las comidas tienen éxito, era la típica comida criolla, y en 1948 el establecimiento da paso a la actual Bodeguita del Medio. Debido a la ubicación de las sedes ministeriales en La Habana Vieja hacía que hubiera demanda de establecimientos de comidas y aunque la Casa Martínez normalmente no las servía acabó por hacerlo. En 1949 entra como cocinera Silvia Torres, "la china", que convertiría su arte de cocinar en un negocio de éxito y el 26 de abril de 1950 se inaugura oficialmente la Bodeguita del Medio.
Después de 1959 la Bodeguita del Medio fue cerrada en medio de una ofensiva revolucionaria y sus paredes pintadas, por lo que se perdieron las firmas originales que las personas estampaban en ellas. También se perdieron algunas de las fotografías que allí colgaban.
Gracias a Salvador Allende, quien fuera años más tarde
presidente de Chile, se reabrió el local. Por algunas fotos recuperadas, y por
otras donadas, se pudo reconstruir el ambiente de su época, y dibujar las
firmas perdidas.
En la actualidad hay establecimientos con el mismo nombre en
otros lugares del mundo tales como Argentina, Costa Rica, Bolivia, México,
Colombia, Venezuela, Alemania, Inglaterra y en España.
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